Me enfrentaba a una reforma integral, en la que el grueso de presupuesto se asignó a baños, cocina, revestimientos y carpintería interior y exterior. Se aprovechó también a instalar aire acondicionado en toda la vivienda.
El color blanco roto es el protagonista del espacio, armarios a medida, puertas y paredes comparten el mismo color. Papeles pintados vinílicos en zonas no tan habituales y un proyecto de iluminación muy estudiado fueron claves para el resultado. La mayoría de los muebles provenían de una anterior vivienda y encajaron como un guante en su nueva ubicación. Un resultado de diez