Muchas veces mi trabajo es muy agradecido, aquí mi "pequeña clienta" era un dulce niña que pasaba de un dormitorio muy de bebé a su habitación definitiva. Su madre y yo teníamos claro que la base debía ser blanca, funcional, muy atemporal para que fuese creciendo con ella. Lo que ahora es un banco bajo la ventana para exponer sus juguetes, en el futuro será un fantástico zapatero con banco.
Pero la princesa también participó en las decisiones eligiendo un precioso papel pintado de excelente calidad que aporta frescura y fantasía al dormitorio. Ella tiene un dormitorio de cuento, y yo por unos días me trasladé a mi infancia.